Estas líneas
van dedicadas a quienes se están preparando o ya han iniciado sus ansiadas vacaciones
de verano. A quienes han estado trabajando durante el año con tesón. Superando
las dificultades del día a día. Especialmente me dirijo a las madres y,
de forma excepcional, a algunos padres que son conscientes y practican su
responsabilidad con las tareas domésticas. Las vacaciones deberían ser
especiales para ellas. Y quiero dejar claro que de estas palabras no se infieran
conclusiones ni de tipo machista, ni feminista.
No dejo
de reconocer cómo, por desgracia, todavía cae la mayor responsabilidad de las
tareas domésticas sobre las mujeres. Bien es verdad que hay hombres
concienciados y no se les puede reprochar nada. Pero hoy por hoy, son los
menos. Por ello pienso que las vacaciones deberían estar enfocadas a favorecer
un descanso bien merecido de todos, pero especialmente de las mamás.
Imaginemos la familia con dos
niños que han alquilado un apartamento en la playa. ¿Se pueden considerar
vacaciones a esa mamá que se levanta un poquito antes que el resto de la
familia para preparar el desayuno de todos y se acuesta la última cuando ha
recogido el apartamento? Se encarga de organizar lo necesario para que en la
playa no les falte nada a los niños. O, se
da un baño cuando se ha asegurado que la pareja no va a quitar un ojo a los
niños.
¿Acaso
no merece vivir esa mujer como una reina, por lo menos la semana en la que está
de “vacaciones”? La verdad, se merecen mucho más.
¡A disfrutar a tope de las vacaciones!
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